La Toma debutó en El Trapiche

Aún sin debutar, hacía tiempo que un grupo con nombre inocente de localidad provincial generaba la inquietud del ambiente folclórico por la calidad de sus intérpretes y por la promesa de un repertorio inusual en la escena local. La banda en cuestión se llama La Toma, fue formada hace casi tres años en La Plata y presenta ahora su continuidad en San Luis.

Las crecientes expectativas por escucharla se concretaron el domingo a la noche en Al Pan Pan, el teatro de El Trapiche donde el grupo dio el que podría clasificarse como su primer recital propio luego de oficiar como invitado en alguna ocasión de Norte Libre, el conjunto que apadrinó a los platenses. De hecho, en el debut, Sergio "Gringo" Cattáneo, fundador de la agrupación folclórica, estuvo en la sala como consejero a la distancia.

Conformado originalmente por Margarita Dávila y Simón de la Penna, en San Luis el dúo incorporó a Cándido Sanz, un músico tan talentoso como trajinante, quien con sus teclados aporta un color especial a una formación que todavía busca la incorporación de más instrumentos. De hecho, para los últimos tres temas del domingo llamó al escenario a Mohamed Camará, un percusionista de Nueva Guinea con varios pasos por la provincia que entregó ritmos especiales a las composiciones.

Si bien el recital que La Toma brindó en El Trapiche no formó parte de la grilla oficial del festival Verano Cultural en las Sierras Puntanas —que se realiza todos los días en la costanera—, bien puede enmarcarse como parte de esa celebración. El cálido escenario de Al Pan Pan —una sala hecha con más amor que recursos, que ofrece un hermoso espacio para los artistas— sirvió como elemento aglutinador, ya que allí se harán algunas funciones del festival.

La primera parte del show tuvo en el escenario solo a Margarita en guitarra criolla y a Simón con la eléctrica. Tras sufrir en carne propia las dificultades que requiere la correcta interpretación de la música cuyana (emprendieron con una tonada y una cueca del gran Fabiano Navarro), el dúo acomodó el rumbo en el que es, al parecer, su terreno más cómodo: el del folclore latinoamericano.

Tonadas venezolanas, manifiestos de Víctor Jara, chacareras que despertaron al baile y las complejas composiciones de Hugo Fatorusso (a quien De la Penna describió como el "más grande genio que dio la República Oriental del Uruguay") se sucedieron ya con la participación de Cándido, quien además aportó su voz en "Solo luz", la hermosa canción de Raúl Carnota, embellecida por el trabajo a tres voces que implementó La Toma.

En el final, el grupo mostró algunas canciones propias y la firme sensación de que el ambiente folclórico puntano encontrará en el trío (aunque la formación puede tener algunas incorporaciones) una buena opción para complementar a la escena existente.

Antes del concierto, Cándido y la flauta traversa de Ana Laura Rosales dejaron algunos temas propios ("Cuenco", "Semilla"); otros de autores no tan conocidos ("Despedida", del genial portugués Mário Laghina), uno de Ramón Sanz, el padre del tecladista, presente en la sala, y otro de "El Mono" Fontana grabado por "Spinetta Jade".

Minutos después, sobre el escenario, De la Penna dijo que hay algunas posibilidades de que Rosales se integre a La Toma en los próximos shows. Una demostración más del interés evolutivo y de crecimiento de un grupo que ya hizo sus primeros pasos en la provincia.