Un envión genético para familias caprineras del norte

El año comenzó con buenas noticias para la Unión de Productores Caprinos del norte de San Luis. A pocos meses de las prometedoras pruebas para desarrollar una cuenca lechera que sume valor a la producción de cabritos, el Gobierno provincial entregó a esta asociación integrada por 45 familias, 24 chivatos puros de las razas anglo nubian y boer para mejorar la sangre de las majadas criollas que predominan en la zona.

“Esto responde a un pedido especial del gobernador ni bien asumí. Son caprinos traídos de Chaco, ya que desde el ministerio se investigó y se eligió la mejor opción para los productores. Con esta entrega buscamos que los productores puedan mejorar la genética de sus animales y por consiguiente su producción”, les dijo el flamante ministro de Producción, Marcelo Amitrano.

Con parte de su equipo de funcionarios, el ministro entregó en persona los reproductores durante un encuentro realizado en el paraje Los Lobos, ubicado entre Santa Rosa del Conlara y Concarán, el mismo lugar donde hace dos meses la asociación realizó su quinto encuentro de intercambio de cabritos.

La constante tarea de superación de la Unión de Productores Caprinos recibió esta vez un valioso aporte genético destinado principalmente a lograr cabritos con más peso y en menor tiempo.

Provenientes de cabañas de la provincia del Chaco, los animales son 14 anglo nubian y 10 boer, todos machos que se entregaron en edad reproductiva. Mientras los primeros tienen un doble propósito, ya que son utilizados por su carne y leche; los segundos son de una raza muy codiciada por los productores para obtener madres cruza con criollas.

La ventaja del boer comparado con otras razas es que tiene un fenotipo netamente carnicero. Tienen chivos pesados, de 4,5 a 5 kilos y en su mayoría, las cabras son melliceras y hasta trilliceras, con una velocidad de crecimiento y una conversión de pasto mucho más rápida.

“Esto va a permitir que sean más grandes nuestros chivos; nosotros no hubiéramos podido adquirir un animal de estas características de manera particular. Realmente estamos muy agradecidos”, celebró Silvina Palacios, productora caprina de Bajo de Véliz, tras recibir un macho boer.

Los caprineros asociados se ubican en una zona donde confluyen los departamentos Junín, Chacabuco y San Martín y casi todos abastecen cada año con cabritos a la insaciable demanda de la Costa de los Comechingones.

La Unión de Caprineros del norte de San Luis está formalizada en los papeles hace poco, pero su tarea se desarrolla desde hace diez años, con el acompañamiento de técnicos de la agricultura familiar.

“Estamos muy contentos con esta entrega, son animales de genética muy buena que van a mejorar el trabajo que venimos realizando”, destacó Leonardo Janjetic, técnico del Instituto de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena. “Trabajamos con representantes de los seis parajes que integran la asociación. Somos 45 socios en este momento. Esto es un reconocimiento al trabajo que venimos haciendo”.

Los productores beneficiados pertenecen a la asociación que nuclea a productores de Santa Rosa del Conlara, Los Lobos, Bajo de Véliz, Los Quebrachos, Los Chañares, Potrerillo y Cañada Rincón.

“Estoy muy contento y súper agradecido, soy productor desde muy chico y esto para nosotros es muy bueno”, valoró Julio Irusta, un productor de una exigente zona próxima a Santa Rosa del Conlara que recibió un macho anglo nubian.

Hacia una cuenca lechera

Las últimas pruebas dejaron entusiasmadas a las familias caprineras. Es que con tres productores juntaron 1.800 litros de leche en bidones de cinco litros, congelados, que los vendieron rápidamente en la Costa de los Comechingones y en una quesería en la zona de Traslasierra, provincia de Córdoba.

Esta iniciativa apunta a generar una cuenca lechera que provea la alta demanda de las queserías locales, pero luego evolucionar con productos propios. Hoy la leche de las majadas se la dan a los perros o cerdos de producción propia.

Lucas Romero es el presidente de la asociación y produce chivitos con sus padres y hermanos: “Unidos avanzamos mucho más rápido en poder comprar productos o maquinarias; soñamos con empezar a hacer pequeños tambos para desarrollar una cuenca lechera que nos dé un ingreso más”, le dijo a revista El Campo durante la quinta feria de intercambio de chivitos.

La producción de leche despierta mucho entusiasmo especialmente en las zonas donde tienen electricidad para garantizar la cadena de frío.

Además, técnicos del INTI San Luis colaboraron con la capacitación en buenas prácticas de ordeñe para que la leche sea un producto de primera calidad, instruyendo a los productores para que puedan extraerla con la mayor técnica de higiene posible y así conservar la calidad de un producto que tienen una alta demanda.