El foco en las tablas

Para hacer fotografías de recitales es elemental capturar la esencia, ser preciso y rápido, saber dónde ubicarse y encontrar la foto que describa la escena, que la haga suya.

Fui practicando hasta llegar a Los Carabajal. Son un ensamble tan perfecto que se destaca aún más su individualidad en el escenario.

La fotografía que se encuentra al pie de esta nota se tomó desde el lateral. Es la ubicación más indicada a la hora de hacer músicos, por el micrófono e instrumentos. Después, se fijó la velocidad, en este caso 1/125, y si se quiere retrato 4.5 de diafragma del ISO, el necesario cuando dos luces led te alumbran.

Lo más importante es tomar al artista en su gracia y capturar la esencia, es crucial este punto porque no es cuestión de hacer un montón de tomas en milésimas de segundos, sino todo lo contrario, es el encuentro con él, observar y conocer al artista: qué hace, a qué se dedica, cuál es su música y cómo es la estructura de su espectáculo.

También hay que saber sobre escenarios, los diámetros y por dónde se puede mover. En una jornada larga es elemental utilizar calzado cómodo y tratar de no pisar cables. Uno no puede cruzarse a otro colega o taparle la visión a un espectador.

Lo profesional no tiene que ver con qué equipo se usa, sino con qué contenido se desarrolla con esos elementos.

En este ámbito no se permite flash, se trabaja con luz artificial por el hecho de conservar la práctica del artista, ya que es un elemento muy invasivo. Otro punto de inflexión es llevar tapones para los oídos ya que se está en contacto con electricidad y sonido a altos volúmenes. Cuidarse, la herramienta elemental es el  cuerpo, es uno de los puntos claves.

Si es una jornada de muchas horas, es importante estar descansado, como les pasa a los jugadores de fútbol a la hora de concentrar, lo mismo se aplica a todas las disciplinas y este no es un dato menor.

La fotografía está ahí esperándote, la sensibilidad tiene que ser de uno a la hora de buscarla...