Juega a dos puntas: la estrategia de Poggi
Tras la labor conjunta de Bachey con Milei.
Producto del acuerdo entre Javier Milei-Mauricio Macri-Patricia Bullrich, Juntos por el Cambio entró en un proceso de desintegración, a deshilacharse tal como sostienen algunos analistas y observadores políticos. Sin conducción, alineación y orientación, muchos de los que integraban JxC comenzaron a acomodar el cuerpo para sellar y atar su futuro al resultado del balotaje.
Esta semana, la movida parlamentaria tramada por la nueva sociedad (La Libertad Avanza y el PRO) hizo que saltara más a la luz algo que se consideraba o sospechaba en San Luis mucho antes de las elecciones del 22 de octubre. Solo faltaba que se evidenciara con alguna acción que, al parecer, finalmente habría sucedido.
Todo indica que el gobernador electo de San Luis Claudio Poggi, muy apartado de la supuesta neutralidad que declaró frente al balotaje, viene jugando a dos puntas. Mientras algunos de sus alfiles dicen que tienen diálogo con el massismo, que los atraen sus propuestas, aparecen situaciones concretas como la labor conjunta de Milei con la diputada nacional del poggismo, Karina Bachey.
El hecho que dejó al descubierto su estrategia fue el acompañamiento que Bachey le dio a Milei en la presentación de un proyecto conjunto en la Cámara de Diputados, con la firma de la legisladora de Villa Mercedes. Un refrán dice que “al gaucho se lo conoce por el rastro”, por lo que no parece extraño el juego a dos puntas de Poggi.
La derrota que en las PASO sufrió Horacio Rodríguez Larreta —jefe político de Poggi—, en manos de Patricia Bullrich, sembraron muchas dudas sobre el resultado en San Luis.
Y, “como al gaucho se lo conoce por el rastro”, no parece alejada de la realidad la nueva sospecha sembrada desde antes de las elecciones generales, cuando Poggi declaraba a los cuatro vientos su respaldo incondicional a Pato Bullrich, pero avanzaba en su arreglo con Milei, a través de sus vínculos con Bachey.
Entonces, en un contexto cargado de suspicacias de arreglos y de presuntas traiciones, Poggi hace su juego. Su rol es mantenerse en silencio, pero Bachey cumple con su misión en Diputados, pegada a Milei.
En la otra vereda, alfiles, como un exdiputado villamercedino, dicen estar convencidos de que “lo mejor para el país es Massa en la Presidencia”. Otro ejemplo es lo que declaró el intendente de La Punta, Martín Olivero, quien dijo “mi límite es Milei, no quiero que esa persona gobierne la Argentina”. Sin embargo, contrariamente a través de su pool de medios, el poggismo se encarga de despedazar a Massa.
Así es el juego camaleónico de Poggi, “a dos puntas y cargado de perversidad”, tal como se describió en los ámbitos políticos.


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