Luis Anglada presentó su muestra "Falopa visual"

Mientras Vasili Kandisky defendió la idea de que los colores pueden tener valores espirituales, Xul Solar representó en sus pinturas la alegría de los hombres. Las inquietudes de los dos y sus obras tan coloridas como abstractas motivaron a muchos pintores argentinos. Uno de ellos es Luis Anglada, el pintor merlino que montó su muestra “Falopa visual” en la sala Amigxs de Merlo y que tiene como protagonistas a los colores y la psicodelia.

La muestra estará disponible hasta el 16 de este mes en los horarios que se encuentre abierto el teatro con entrada libre y gratuita.

Es la primera exposición individual que realiza Luis y quiso coronar con obras inéditas, realizadas especialmente para la exposición.

Son 13 las creaciones que integran “Falopa visual”, un nombre que refugió al artista desde la creación.

“Es una palabra que traje de Buenos Aires. Lo falopa allá es lo trucho, lo que te tira abajo, lo que no te deja progresar. Pero en mi caso, fue al revés. Falopa para mí es crear una ilusión desde el juego con la pintura, con los colores, con las texturas, con las técnicas y hacer terapia”, explicó.

En la muestra se podrán ver obras pintadas con diferentes técnicas mixtas, como el acrílico, la témpera y el sintético al agua. Además de Kandinsky y Solar, a Luis le gusta mucho el arte argentino en general y aquellos autores que dejaron trabajos repletos de colores. El italiano Juan del Prete y Emilio Pettoruti son otros de los creadores que lo inspiraron.

Pero si Anglada tiene que nombrar un maestro directo, ese es Héctor “Tito” Acuña, un pintor radicado en Lomas de Zamora, donde murió en 2006, que recibía la visita de sus alumnos para aprender pero también para escuchar tango y música clásica, “y para que le fumemos los puchos”, bromeó Luis.

Con él, el expositor formó sus primeros trazos al óleo, aunque ya había empezado a dibujar por impulso de un tío a quien le gustaba mucho el arte.

Hace más de 20 años que Anglada está radicado en Merlo, primero en Cerro de Oro y ahora definitivamente en “la República libre de Piedra Blanca”, donde ya echó raíces. Entre las muchas sorpresas que tuvo desde su estadía en suelo puntano, la mayor fue que un premio especial instaurado en el tradicional Encuentro de Pintores Paisajistas que se hace en la localidad lleva el nombre de Acuña.

“Él venía a concursar porque tenía familia en Mina Clavero. De hecho, la última vez que lo vi fue por acá”, recordó su alumno.

Pese al bagaje que traía desde su punto de origen, la vida artística de Anglada cambió cuando se instaló en Merlo. El contacto directo con muchos creadores que, como él, eligieron la zona para huir de la ciudad lo incluyó en una red de artistas visuales, musicales, de la escultura y del grabado, una actividad que le interesó particularmente.

“Antes de mi muestra, en Amigos de Merlo, hubo una exposición colectiva de grabado muy buena”.

Para llegar a su primera exhibición individual, Luis tuvo que trabajar mucho. Al principio, sintió que las cosas no salían como quería, pero como sus amistades le insistían en que se animara a mostrar lo que hacía, Anglada se puso una fecha límite. Las reacciones después de la inauguración dejaron muy satisfecho al autor.

“Hubo todo tipo de devoluciones —enumeró—: críticas constructivas, opiniones que sirvieron para sumar y para mejorar”.

El artista busca su sustento diario como jardinero (“estoy así, jardineando tranqui, en modo zen”) y en la atención de una pequeña tienda de arte que instaló junto a otros colegas en Amigxs de Merlo para poner en venta sus creaciones. Pero su intención es seguir dedicado a la pintura y tener nueva obra dentro de poco, para una nueva exposición, tal vez en conjunto. Pero con una premisa inclaudicable: no repetirse.