Rukalaf Natura avanzará con obras para mejorar la producción agrícola

Rukalaf Natura es uno de los cinco proyectos que quedaron seleccionados en la iniciativa “Emprendedores Ambientales”, impulsada por la Secretaría de Ambiente en marzo de este año. A través de este plan los beneficiarios recibieron un millón de pesos, no reembolsables, que les permiten realizar obras para mejorar las condiciones de producción.

La idea surgió para acompañar a los emprendimientos que contribuyan, de manera individual y/o comunitaria, al cuidado del ambiente promoviendo acciones de desarrollo sostenible.

Cuando la secretaría seleccionó a los beneficiarios, también impulsó un concurso a través de las redes sociales en el que la gente tenía que votar a uno de los cinco para que les diseñen la marca.

Rukalaf Natura es un emprendimiento de Villa de la Quebrada. “Es un proyecto que originalmente era una casa de sanación, donde la idea era que se pudieran realizar terapias alternativas, como reiki y yoga, en contacto directo con la naturaleza”, dijo Alejandro Torres, uno de los dueños del emprendimiento, junto a Lis Newton, con quien tiene 3 hijos.

Agregó que la idea es poder mantenerse con lo que brinda el monte. Y en ese camino trabajan para generar plantaciones entre el monte nativo.

Empezaron con una huerta tradicional, en una superficie de 2 a 3 kilómetros, cerca de la autopista 25 de Mayo. Luego comenzaron a experimentar con diferentes tipos de plantaciones para estar en armonía con lo que la naturaleza dispone, y al poco tiempo comenzaron con la plantación de frutales. “Plantamos todo con la impronta de estar en armonía con el medio ambiente, sin invadir el bosque; buscamos claros dentro del mismo monte y tanto los frutales como las huertas comenzaron a darnos resultados”, contó Vilma, amiga y compañera desde hace 8 años del proyecto que inició hace 20 años. Ella se sumó al emprendimiento junto a Lukas.

El grupo de amigos, que ya son familia, produce tomate, alcayota, habas, zanahoria, rabanitos, zapallo, melón y sandía, repollo, brócoli y papas, entre otros cultivos. Los plantines son elaborados en un vivero donde son protegidos de las inclemencias del clima hasta que son trasplantados al monte. En el mismo espacio productivo tienen plantas aromáticas.

“La casa se construyó sobre un rancho inicial que existía en el campo, se trabajó con material reciclado bajo lo que se denomina bioconstrucción”, contó Alejandro, y añadió que en el establecimiento aún continúan realizando obras.