Acción solidaria: alimentan a más de 600 personas

La solidaridad que existe en la ciudad no tiene fin. Desde hace aproximadamente seis años, el comedor Adulam trabaja en puntos estratégicos para ayudar a los que más necesitan. Además de brindar el almuerzo, desayuno y merienda casi todos los días, también ofrecen diversos talleres para complementar su tarea de contención en los barrios. Comenzaron dándoles de comer a ocho personas y hoy asisten a más de seiscientas.

“Creo que la provincia está unida a través del corazón, porque, aunque no todos seamos de la misma religión, permanentemente nos llegan donaciones de muchas partes”, manifestó Dante Gustavo Valdez, pastor de la iglesia Ministerio Adulam.

En la actualidad, están ubicados en el complejo habitacional Ciudad Jardín, donde tienen su casa central, pero también asisten en el Eva Perón 2 y 3, en el kilómetro 4, en el Güemes, en el 70 Viviendas y hace cuatro meses empezaron a colaborar en La Ribera frente a la escuela bilingüe.

Sin importar el clima que haga, el equipo del comedor llena grandes ollas de comida para las personas que los visitan de lunes a sábados en su espacio central. Algunas familias comen ahí y otras eligen llevar un tupper para luego degustar en sus hogares. Además, en los otros barrios, cuando no dan el almuerzo, brindan el desayuno y la merienda.

Valdez comentó que en cada complejo habitacional en el que están, trabajan de forma mancomunada con los centros de salud y con los directores de las escuelas cercanas. Precisó que lo hacen para que los chicos no abandonen sus estudios y los padres estén al día con el calendario de vacunación correspondiente.

“Creo que la sociedad mercedina tiene un gran corazón, porque hay empresas, como la Cooperativa 20 de Julio, que nos donan sus productos permanentemente”, expresó el pastor.

También agregó que, por ejemplo, la panadería Virgen del Rosario becó a veinticuatro de sus chicos para que aprendan el oficio: doce para panadería y otros doce para pastelería. El maestro panadero les brindó todos sus conocimientos y la empresa costeó los insumos.

“Lo más lindo es que, después, los beneficiados ponen en práctica lo que aprendieron en el comedor y de esa manera colaboran con nosotros para atender a todos los que vienen”, dijo Valdez.

Los vecinos del Ciudad Jardín pueden lavar su indumentaria tres veces a la semana en un lavarropas que tiene el lugar. “Este servicio es muy importante, porque les enseñamos a que tienen que cuidar su ropa, porque muchas veces luego de un período de uso, las tiran”, contó el pastor.

El centro también ofrece talleres de religión, costura, lectura y escritura, huerta, dibujo y pintura, construcciones en madera y también de radio, ya que cuentan con una digital.

“Si todos ponemos un granito de arena, creo que la nueva generación por la que luchamos va a tener un futuro. Muchas veces escuchamos que los chicos están perdidos en la droga, pero si no nos involucramos no vamos a poder cambiarles la realidad en la que viven”, concluyó el referente.