"Romeo y Julieta de bolsillo": nueva vida al amor
La clásica tragedia se vuelve una comedia con títeres en la versión de un director siempre dispuesto a los desafíos.
El amor y el odio de Montescos y Capuletos tiene una nueva versión creada por la mente teatrera de Hernesto Mussano, el director que presenta en coproducción con el Teatro Nacional Cervantes “Romeo y Julieta de bolsillo”. La adaptación es una actualización del clásico que mezcla los títeres y actuación y que se estrenará el sábado en la sala Hugo del Carril a partir de las 20. El domingo la función se repite una hora antes y luego girará por las escuelas.
La mirada que Mussano le puso a la pieza está basada, a la vez, en la reversión que hizo Emiliano Dionisi, uno de los teatreros jóvenes más interesantes del país, en la que imaginó a los enamorados en la actualidad, miembros de tribus urbanas y con un lenguaje mucho más rápido y cercano a la comedia.
Sobre esa base trabajó Hernesto, radicado en el Valle del Conlara, su pieza que ganó un concurso organizado por el teatro nacional en el que se eligieron cuatro obras entre 66 presentadas. “Ellos propusieron trabajar sobre seis creaciones, entre las que estaba la de Dionisi, para las distintas regiones del país”, contó el autor.
Al presentarse al certamen, Mussano vio que la obra de su colega -si bien estaba concebida para actores- era muy práctica para hacerla con títeres, una de sus especialidades. Y así fue que se decidió a trabajar en una mixtura. Cristel Majoñka y Gracián Quiroga fueron los seleccionados en un casting del que participaron 40 artistas.
“Cuando concibo una puesta en escena, lo hago desde la totalidad del movimiento escénico, el dispositivo y los elementos que se van a mover”, dijo Hernesto, quien programó para su nueva creación una silueta de William Shakespeare, autor del clásico, en el escenario y la presencia de los actores que usan los títeres de guante, con cabezas intercambiables para representar a todos los personajes.
Otras de las características que asume el director en muchas de sus puestas es el riesgo de ir hacia nuevos lugares. Lo hizo con “Vasalisa, niña sabia”, la obra en la que adaptó un cuento ruso y que competirá el mes que viene en la Fiesta Provincial del teatro, y con “El rey desvisto”, un radioteatro en donde interpretó, con particular visión, “El traje nuevo del emperador”, el gran cuento de Hans Christian Andersen.
Una de las cosas que más le interesa al director cuando encabeza un proyecto es “la fusión, la tensión, el diálogo, la integración, las zonas de borde, esos lugares que son inclasificables y mezclan distintos lenguajes”. En este caso, el desafío de Mussano fue mostrar al público a los titiriteros al frente del escenario, no detrás del bastidor en el que generalmente se resguardan.
Mussano quedó asombrado de la capacidad de asimilar información que demostraron Cristel y Gracián, un actor muy relacionado a la comedia musical. “Tuvieron que usar sus cuerpos de otra manera, incorporar una técnica como la del guante, aprender de mirada, de manipulación, de movimiento corporal en escena; una cantidad de información que tomaron de modo sumamente profesional”, elogió.
Pero hay otro punto, menos relacionado al arte, que a Hernesto lo sorprende aún más: que en el contexto actual del país, un teatro nacional se atreva a producir y gestionar en el interior del país. Para el teatrero es casi un milagro.
“La cultura está siendo avasallada -agregó- y que se esté produciendo es muy significativo. Este programa federal del Cervantes tiene 16 años y yo estoy asombrado, sorprendido gratamente del funcionamiento, del acompañamiento, del profesionalismo, del equipo que lo lleva adelante”.


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