En emergencia: cada vez hay menos comedores
De más de cuarenta que supo mantener el Movimiento Evita, hoy solo quedan doce. "Es muy triste", afirman.
El brutal ajuste que el gobierno de Javier Milei le aplicó a la economía del país destruye poco a poco los bolsillos de todos. Pero para peor, su administración cortó de cuajo la ayuda social que impacta en comedores comunitarios y merenderos de todo el país. San Luis nunca estuvo exenta de esa ayuda a los más pobres que, a su vez, fue termómetro del hambre que castiga a la Argentina. Esos lugares de asistencia social cada vez son menos en la provincia y sus meriendas y almuerzos son cada vez más escasos. De 42 comedores que supo mantener el Movimiento Evita en todo el territorio, hoy solo sobreviven 12. Toda una foto del nuevo país.
El gran drama radica no solo en el escupitajo que le proveyó Milei a esas organizaciones. Para él, todas son corruptas. En todas hay manejos espurios. Pero se equivoca. En miles de esos merenderos y comedores la ayuda de Nación llegó y se le dio asistencia a chicos y grandes con hambre. En San Luis la situación es alarmante. Tras asumir Claudio Poggi en Terrazas y Milei en Casa Rosada, conseguir algo de mercadería para cocinar un plato de fideos, un guiso o un rico chocolate con tortas fritas para los chicos es un desafío casi imposible. "Es más fácil bajar un edificio a sopapos", solía decir el gran campeón mundial de boxeo Horacio Acavallo, cuando quería reflejar algo sumamente difícil. La frase le cabe a la dura lucha de conseguir comida para los otros.
"Voluntarios ya no quedan. La crisis golpea duro a la gente y muchas familias que venían y colaboraban con distintos insumos ahora desaparecieron. No pueden donar más nada. Es muy triste. Y después la ayuda gubernamental casi desapareció. En nuestra organización sosteníamos 42 comedores y merenderos en toda la provincia. Pero nos quedamos sin mercaderías para darle de comer a la gente y ahora solo podemos afrontar la atención de 12 de ellos. En el interior se sostienen con aportes municipales, pero acá en la capital no es así. Tampoco en Villa Mercedes. También tenemos en Potrero de los Funes, Carpintería, Los Molles, Cortaderas. Damos meriendas y las frecuencias se estiraron mucho. Antes lo que era algo diario ahora se convirtió en una asistencia de dos o tres días a la semana", dijo Mariela Cros, del Movimiento Evita, en diálogo con El Diario de la República.
Otro factor que hace más difíciles las tareas es conseguir leña. En la mayoría de los comedores o merenderos la comida se hace o se calienta con hornos o fogatas a leña. Antes la gente regalaba ese material y solo había que buscarlo. Pero hoy hacer un flete requiere un gasto de combustible que resulta costoso. "Es un insumo que suelen buscar los compañeros. Nos regalan leña o la buscamos nosotros directamente, pero eso implica llegar hasta el lugar en algún vehículo y eso ahora es muy complicado", explicó Cros.
"Nos vimos obligados a reducir mucho las frecuencias de las comidas entre día y día. Acá en la capital tenemos un merendero en el Eva Perón y concurren 25 niños. De Nación no recibimos nunca más ninguna ayuda. Y la leche que dijeron enviar a todo el país, acá no llegó. Pedimos asistencia al gobierno provincial, pero nunca obtuvimos respuesta", afirmó.
Un pequeño aliciente
Ante tantas malas, reabrir un merendero es un aliciente. Eso ocurrió en el barrio La Vecindad, donde la Corriente Clasista y Combativa (CCC) daba meriendas a los chicos lo tuvo que cerrar y ahora pudo reabrir al menos dos días a la semana.
"Lo habíamos cerrado porque no teníamos qué darle a los chicos y ahora podemos ayudar un poco. El Gobierno nos dio algo de ayuda. No alcanza, se necesita mucho más", señaló Laura Fraschilla a El Diario.
El resto de los centros de asistencia que mantiene la CCC son comedores. Dos en el barrio República, que da asistencia según la mercadería que recibe, otros en el 1° de Mayo (funciona martes y jueves) con almuerzos y meriendas, más el de La Vecindad en la ciudad capital.


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