La historia de Pablo Mínguez, el puntano que disputa el Mundial de Handball
Comenzó en el colegio Santo Tomás de Aquino. Ahora juega en Italia y a partir de hoy será uno de los gladiadores del renovado combinado nacional que busca clasificar a la segunda fase del torneo.
Aquellos primeros saltos en el handball dados por Pablo Mínguez en el colegio Santo Tomás de Aquino tendrán un correlato histórico hoy, con el posible debut del puntano en un Mundial del deporte que ama. Convocado para la selección argentina que disputará el certamen que comenzó ayer, el pivot de 26 años representará a la provincia vestido de celeste y blanco.
Mínguez continuó su juego juvenil en el San Luis Handball Club y desde allí –tras pasar Intercolegiales, Juegos Evita, Binacionales y distintas competencias amateurs- recaló en Dorrego, un club de Buenos Aires donde terminó de formarse. Su objetivo siempre estuvo claro: ser un jugador de elite.
Por supuesto que los años de soledad en Buenos Aires no fueron fáciles. Pablo dejó su familia y sus afectos en San Luis para dedicarse de lleno a entrenar. También dejó los estudios de Contador Público que había iniciado. Ahora, todos esos sacrificios se ven recompensados con la llegada al Mundial de Mayores.
No será la primera competencia ecuménica de Mínguez. El puntano disputó en 2019 el Mundial Junior en Pontevedra. Luego de esa experiencia regresó a San Luis para ser entrenador de la selección provincial sub 18 masculina y más tarde emigró al Eppan, de Italia, donde juega actualmente.
De 1,92 de altura y una potencia física envidiable, Pablo jugó como lateral por izquierda o por derecha, pero en la convocatoria mundialista figura como uno de los tres pivots que tendrá el equipo. Los otros son el histórico Lucas Moscariello y Guillermo Fischer.
El puntano encarna la renovación del seleccionado de handball tras la dolorosa participación en los Juegos Olímpicos de París, donde San Luis tuvo otro representante: James Parker, quien una vez finalizada la competencia anunció su retiro de la selección.
En el Mundial que empezó ayer, Argentina tampoco tendrá en su lista a los hermanos Pablo y Diego Simonet ni a los históricos Federico e Ignacio Pizarro.
El encargado de renovar el plantel nacional fue Rodolfo Jung, quien se hizo cargo del puesto de DT después de los Juegos Olímpicos y tuvo que armar el equipo con poco tiempo de trabajo. De hecho, los jugadores convocados pasaron Navidad y Año nuevo en una gira por España que sirvió de última preparación para el Mundial.
Argentina debutará el miércoles a las 14 contra Egipto en el partido clave de la primera fase porque de ganarlo tendrá muchas chances de clasificar a la ronda siguiente. Luego jugará el viernes ante Croacia –local y uno de los favoritos al título- a partir de las 16:30 y cerrará su participación en la rueda preliminar el domingo a las 14 contra Baréin.
Junto a los sueños de Los gladiadores, van también los de un puntano que llegó a su objetivo empujado por una familia que siempre estuvo a su lado, sus amigos que lo apuntalaron en los momentos complejos, el handball provincial que lo vio crecer y desarrollarse; y toda una provincia que no puede más que sentir orgullo por su nuevo representante deportivo.


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