Indignación de los puntanos por la crisis en la salud pública

La crisis de la salud pública es una problemática que ya tiene en su haber innumerables críticas y cuestionamientos de la comunidad, en un escenario de ajuste que impactó de lleno en los más vulnerables. Esta vez, el reciente caso de la muerte del peluquero Pablo Peña, en el que apuntan mala praxis, despertó nuevos señalamientos. La gente repudia la calidad de la atención en los nosocomios, las largas dilaciones en los sistemas de turnos, los errores en los diagnósticos y hasta apuntan serios desmanejos en el abordaje de la salud de adultos mayores en el Hospital Central. 

"Es un secreto a voces, hay problemas con la administración de sedantes a los adultos mayores en el Ramón Carrillo", le contó un vecino -que por temor a represalias prefirió mantener en reserva su identidad- a El Diario de la República. Aseguró que hay casos en los que luego de un ACV, les suministraron sedantes en altas dosis, provocando comas inducidos. 

"Que digan lo que pasa adentro (del Hospital Central) con los adultos mayores, que les ponen sedación supuestamente a voluntad de los familiares, con tal de no ocuparse de los 'viejos', como les llaman ellos", opinó la usuaria Vero Guzmán. 

Otros cibernautas reflexionaron sobre el escenario político, que expone un ámbito de ajuste brutal. Gabi Rodríguez destacó que cuando se habla actualmente de que el Estado no debe estar presente, no se hace alusión solamente a los planes sociales, entre otras cuestiones, sino que quedan en el medio temas muy sensibles como la salud pública. "El año pasado el Gobierno redujo el personal del Carrillo, son detalles muy importantes que a la larga terminan siendo desastrozos", dijo. 

Algunas personas, como Rosalía Carrizo, recordaron que en su momento el Hospital Central traía a profesionales de otros lugares, como Mendoza, que daban un aporte clave. Pero repudiaron que los echaron por "acomodos del Gobierno". "Los médicos nuevos se ahogan en un vaso de agua, por favor, con la salud no se juega, seamos humanos", apuntó. 

Víctor Lucero subrayó que la ministra Teresa Nigra, brilla por su ausencia. Marta Guevara remarcó que no hay control en los centros de salud y que la atención no es buena. 

"Mi mamá estuvo muy enferma el año pasado. En la guardia de ese hospital (por el Ramón Carrillo) un día pasamos seis horas sufriendo en la sala de espera, para que la mandaran a su casa con un analgésico de venta libre, cuando ella lloraba de dolor. No la ayudaron, un desastre", aseguró Luciana Quiles. 

Lucía Verón destacó: "Es una vergüenza tener supuestamente el mejor hospital y la atención es una mier(...). Vas de urgencia y te dan turno para febrero". "Los turnos los dan cada mil años", ironizó Yamila Ricartes.

Clarisa Lucero compartió que fue al Hospital Central por un problema en el pie. Le hicieron una placa y le dijeron que no tenía nada, que se pusiera hielo y que tomara calmantes. A los días seguía sin poder apoyar el pie. Fue a otro centro médico y resultó que tenía una fractura. Estuvo casi dos meses con bota ortopédica.

"Mi madre es paciente oncológica y estoy indignada porque acá lo único que hacen es perder tiempo. Te hacen viajar a Córdoba, Mendoza o Buenos Aires, se tiran la pelotita de un lado a otro y uno va en busca de una solución, en busca de una ayuda para salvarnos y no la encontrás. Lamento tanto no tener los recursos para llevarla a otro países donde hay médicos muy buenos que están salvando a personas con el mismo diagnóstico que ella tiene. Acá se pasan de quimio en quimio, rayos, tratamientos orales que a veces no resultan. Lo de ella era operable de urgencia, hoy ya no pueden operarla. Te hacen perder tanto tiempo jugando con la salud de las personas, dejándolas en un estado de abandono total", lamentó Ludmila Villegas.