Endeiza, el “padrino” del norte que impone jueces a gusto y antojo
El ex Fiscal de Estado y actual miembro del Superior Tribunal de Justicia, Víctor Endeiza, habría sido el responsable de imponer el nombramiento de su amigo Ramiro Bustos como juez de Cámara en Concarán, pese a los antecedentes negativos del candidato y las irregularidades detectadas en su juzgado.
En el norte provincial, dicen que nada se mueve en los tribunales sin que lo autorice el doctor Víctor Endeiza. Ex Fiscal de Estado, abogado personal de Claudio Poggi y hoy juez del Superior Tribunal de Justicia, el hombre se ha convertido en el verdadero “capanga” de la justicia serrana. Su poder no se mide en sentencias, sino en nombramientos. Y su última jugada habría sido conseguirle una silla a su amigo Ramiro Bustos.
El nuevo juez de Cámara de Apelaciones de Concarán no llega por méritos, sino por vínculos. Bustos, titular del Juzgado Civil, Comercial, Ambiental y Laboral de Santa Rosa, había intentado varias veces ingresar al rango de Cámara, pero los exámenes —técnicos y psicológicos— nunca lo acompañaron. Aun así, Endeiza habría presionado al gobernador para que firmara su designación. Y Poggi, lejos de resistirse, habría cedido ante el pedido de su viejo consejero jurídico.
El problema no es solo el nombramiento, sino los antecedentes. En el juzgado de Bustos ya se había encendido una luz roja: una auditoría del Superior Tribunal detectó irregularidades en el sorteo de expedientes. Las causas, que debían repartirse en partes iguales con el juez Moisés Fara, terminaban mayoritariamente en el despacho de este último, saturando su oficina y aliviando sospechosamente la carga laboral de Bustos. Dicho más claro: el sistema se manipuló para que uno trabajara y el otro descansara.
Con ese prontuario administrativo, el ascenso de Bustos parece un premio al desparpajo. El futuro juez de Cámara arrastra una oficina con demoras crónicas, quejas de abogados y expedientes apilados como columnas de polvo judicial. Ahora, al asumir en Concarán, deberá inhibirse en la mitad de las causas que lleguen desde su antiguo juzgado, lo que garantiza —otra vez— más mora y más parálisis.
En paralelo, el sindicato judicial ya anunció paros totales, lo que terminará de trabar un sistema que apenas respira. Los principales perjudicados serán los trabajadores que esperan cobrar indemnizaciones por accidente, enfermedad o despido, además de los profesionales que dependen del movimiento judicial para sobrevivir.
Mientras tanto, Endeiza sigue moviendo las piezas. Su influencia en el norte es absoluta: define quién entra, quién asciende y quién cae en desgracia. Poggi mira hacia otro lado y el relato del “mérito” se deshace entre designaciones a dedo y favores de pasillo.
En la Justicia puntana, la política metió mano una vez más. Pero ahora lo hace con guantes de juez y sonrisa institucional. Los que prometieron cambiarlo todo, están repitiendo la historia —solo que con mejor modulación y peor disimulo.
LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casaMás Noticias
