Niega el aumento del delito, pero desplaza al subjefe: la jugada contradictoria de Sosa
La ministra Sosa insiste en que no hay más inseguridad, pero empuja al retiro al subjefe de la Policía. Si “todo está bajo control”, ¿por qué el cambio? Y, lo más delicado, el silencio sobre las fajas en la Jefatura sigue intacto.
La escena roza lo surrealista: mientras la ministra de Seguridad, Nancy Sosa, declara que el delito no crece, y asegura que la Policía “trabaja más que antes”, esta mañana anunció el retiro voluntario del comisario general Juan Carlos Leyes. Acto seguido, puso a Néstor Javier Miranda al frente como nuevo subjefe.
Este relevo, cuando menos, despierta suspicacias: si la ministra repite que todo “está bien”, ¿para qué mover una pieza clave en la fuerza? Sobre todo cuando el subjefe se va sin aclarar uno de los escándalos previos: las fajas policiales en la Jefatura Central, un episodio que nunca fue explicado y que todavía genera rumores y teorías.
Y atención, esto no es un hecho aislado: durante junio de 2024, Sosa ya había desplazado a toda la cúpula de la División Homicidios —el comisario Javier Sosa y su segundo jefe, Edgar— en un movimiento abrupto que ya despertó alertas sobre la estabilidad interna . Es evidente que detrás de las frases armónicas —“todo está bajo control”— hay una tensión latente en los pasillos de seguridad.
Que la ministra mantenga el discurso de calma frente a una escalada de hechos violentos —robos múltiples, un crimen en ocasión de robo—, y sin embargo gane en intensidad el desorden interno, es una contradicción que explota en plena cara del discurso oficial.
El balance: un cambio tarde, sin explicaciones contundentes y que, lejos de aportar confianza, amplifica los cuestionamientos a la gestión y pone bajo lupa toda la operatividad institucional.


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