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Un hallazgo complicó al asesino de Brenda Arias por otro crimen

El hallazgo del cráneo de Marisol Reartes, en Córdoba, acelera la imputación contra Juan José Murúa.

Por redacción
| 02 de enero de 2019
Las víctimas y el femicida. Marisol y Luz desaparecieron en 2014. Creen que Murúa las mató. Foto: Martín Gómez.

El viernes 28 de diciembre, penúltimo día hábil de 2018 y penúltimo día de labor en los tribunales de Córdoba, llamaron de una fiscalía a los familiares de Marisol Reartes —la joven desaparecida junto a su hija, Luz Oliva, hace casi cinco años en Traslasierra— para darles una noticia que conlleva un gran dolor, pero, a la vez, acarrea un poco de alivio. Les confirmaron que un cráneo hallado hace dos meses, cerca del dique La Viña, es el de la chica buscada. Eso respaldó la idea que ellos tenían de que Marisol y Luz habían sido asesinadas, y ratificó su convicción de que el autor del doble crimen no fue otro que Juan José Murúa, cuñado de la víctima y recientemente condenado, en San Luis, por el asesinato de Brenda Jimena Arias, cometido en Villa del Carmen en 2009.

 

El hallazgo debilita las posibilidades de que el doble crimen quede impune por falta de pruebas.

 

Según le dijo Lorena Oliva, tía de Luz, a El Diario de la República, la convicción que tiene su familia sobre la responsabilidad de Murúa en el caso es compartida por la Justicia cordobesa. Tanto que “el lunes (31 de diciembre) le iban a hacer la imputación por los homicidios de Marisol y Luz”, afirmó en una entrevista con El Diario. “Ya es un hecho. Ya tenían todo para imputarlo, pero decidieron esperar esta pericia”, aseguró. Este medio intentó corroborarlo con el fiscal Raúl Castro, pero no fue posible.

 

De avanzar la acusación contra Murúa, el futuro se pondrá sombrío para el femicida; pues se abre la puerta a la posibilidad de que lo condenen por otros dos crímenes cuando ya le pesa una sentencia de 38 años y dos meses de cárcel por el caso Brenda. En esos casi cuarenta años de encierro, Murúa tiene acumuladas tres condenas, la del asesinato en Villa del Carmen, una por lesiones y otra por abuso.

 

La precipitación de las pruebas contra él, por la desaparición de Marisol y Luz, en territorio cordobés se produjo cuando ya era juzgado en los tribunales de Concarán por el homicidio de Brenda.

 

Justamente el miércoles 31 de octubre, cuando volvieron a Córdoba, después de asistir a la primera audiencia del juicio oral contra Murúa en esta provincia, las familiares de Marisol y Luz se enteraron que la noche anterior habían hallado un cráneo. Una pericia científica confirmó que es el de la chica.

 

“Lo hallaron en una vivienda, en el camino al dique La Viña. El dueño de casa salió a eso de las siete de la tarde y no había nada. Y cuando volvió, a las doce y media de la noche, vio a los perros jugando con huesos”, contó Lorena Oliva.

 

 

Siguen los rastrillajes

 

Al parecer, no han hallado más huesos o restos de otro tipo. “No nos han dicho si han hallado restos de prendas de la nena, por ejemplo. Sí han encontrado ropa, una mantita que tenía sangre, eso también fue a estudio”, dijo.

 

El cráneo fue sometido a análisis en un laboratorio. “No sé qué tipo de pericias han realizado, pero entiendo que le han hecho un estudio de ADN con la sangre del padre y la madre de Marisol, porque les tomaron muestras a los dos”, dijo Lorena.

 

Explicó que no les han dado otros detalles porque la fiscalía recién cuenta con el informe verbal de los peritos, que todavía no lo hicieron por escrito.

 

La confirmación de que el resto hallado era el de la joven buscada desde el domingo 2 de febrero de 2014 motivó a los investigadores a planificar nuevos rastrillajes, que comenzarían el último lunes de 2018, dijo la familiar de las víctimas. “Porque la sospecha no es que las ha arrojado al dique, sino que aparentemente las ha enterrado”, agregó.

 

Hay cinco kilómetros de la casa donde vivía Marisol Reartes al dique La Viña. Para la época en que ella y su hija desaparecieron, Juan José Murúa tenía un noviazgo con una hermana de la chica. Pero acosaba en forma constante a Marisol, porque quería tener una relación paralela con ella.

 

Eso es una similitud con lo que pasó con Brenda: Murúa quería tener una relación con ella, pese a que estaba casado y sabía que su esposa, Carolina Pereyra, era amiga de la joven.

 

Estiman que Brenda lo rechazó, aquella noche del 11 de julio de 2009, y por eso la mató.

 

Se sabe que a principios de 2014, Marisol Reartes también rechazó las pretensiones de Murúa.

 

Un perito de la Justicia de Córdoba, que ha trabajado en ambos casos, el abogado Juan José Maidana, declaró en el juicio a Brenda que el perfil de Murúa, trazado por analistas, demuestra que tiene cero tolerancia al rechazo femenino.

 

Hay otras pruebas que apuntan al femicida de Brenda en el homicidio de Marisol: en ambos casos, después de que las víctimas habían sido asesinadas, el criminal envió mensajes haciéndose pasar por ellas. Fingía algún malestar, por el cual, supuestamente, había tomado la decisión de alejarse de su familia. Y pedía que no la buscaran.

 

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