La duda eterna: ¿vender al destete o tras la recría?

 Más allá de que la recría es fundamental para aumentar la eficiencia del rodeo y las exportaciones de carne, el criador muchas veces se pregunta con qué peso conviene vender el ternero de destete, teniendo en cuenta que si decide postergar la decisión de venta para sumarle kilos, es posible que deba cargar con costos extras.

La clave está en que los precios de mercado de los terneros disminuyen a medida que se incrementa el peso por cabeza, según un informe del Ministerio de Agricultura. En tal sentido, pasando los 140 kilos por cabeza (kg/cab), por cada kilo adicional se paga menos, tal como se registra en los remates que habitualmente publica el sitio web Entre surcos y corrales.

Esto, a su vez, tiene incidencia directa en el "precio implícito del ternero", que puede ser una limitante para el margen del negocio de la recría, a pesar de la gran eficiencia biológica de esta etapa. Se debe a que ese parámetro relaciona el valor del kilo adicional logrado en el mercado con la relación compra-venta. En concreto, surge del precio de venta menos el precio de compra dividido por los kilos agregados.

"Sin embargo, esto no significa que sea peor negocio (ni mejor) postergar la venta para recriarlo”, indican los especialistas consultados por el sitio web Valor Carne, detallando que cada productor debe atender a diferentes variables frente a este interrogante, pero, sin dudas, los costos de oportunidad del forraje y de la tierra inciden en la respuesta.

La conclusión es que, con los actuales niveles de precios, en todos los casos es conveniente hacer la recría, aunque se incurra en costos extras, ya que la diferencia de precio por vender un ternero de mayor peso es compensada por la mayor cantidad de kilos que se comercializan. Incluso en un modelo que requiera más recursos (recría hasta 250 kilos los machos y hasta 210 las hembras durante cuatro meses), la diferencia con el básico (que vende los terneros al destete con 175 kilos los machos y 170 las hembras) es de casi el 6% en el margen bruto y 13% en el resultado neto, ya que los gastos de estructura no varían.

Más allá de estos resultados, no todo es favorable para tomar la decisión de avanzar con la producción de terneros más pesados. "La implementación de estas prácticas no siempre es sencilla, por la dificultad de conseguir personal o contratistas, además de que se debe disponer de potreros adicionales o salir a arrendar campo. Asimismo, se debe evaluar la complicación de colocar un ternero en el mercado en los meses de junio/julio", advirtieron los especialistas del ministerio.