Congelar óvulos, una opción para conservar la fertilidad

Porque no estás segura de ser madre, porque antes querés desarrollar tu carrera, porque estás sola y tenés la esperanza de encontrar a alguien para compartir la crianza. Hay miles de motivos para postergar la maternidad. Traer vida humana, a un mundo que por momentos nos crispa la piel y el alma, no es una decisión fácil de tomar. Y en el caso de las mujeres, el reloj biológico nos recuerda que concebir es también una carrera cronometrada.

"La edad más fértil de la mujer es entre los 20 y los 30 años. Después de los 35 empieza una caída en la calidad de los óvulos. Pasando los 38 la caída es más en picada, después de los 40 mucho más y prácticamente el embarazo con óvulos después de los 44 años es muy difícil. Eso no implica que alguien no se pueda embarazar espontáneamente sin hacer un tratamiento, pero es difícil", explica Pamela Nicotra, médica gineco-obstetra, especialista en medicina y genética reproductiva.

Nicotra, una sanluiseña radicada en Buenos Aires muy activa en las redes (@dra.pamelanicotra), recuerda que postergar la maternidad conlleva una repercusión biológica ya que "las mujeres nacemos con un stock de óvulos determinado en los ovarios, que se van gastando con las menstruaciones y con eso aparece la dificultad para embarazarse".

Aunque en genética y medicina reproductiva ningún tratamiento de fertilidad tiene eficacia del cien por ciento, hay una opción cada vez más elegida por las personas con capacidad de gestar: congelar sus óvulos. El tratamiento busca preservar la fertilidad, ya que al extraerlos y guardarlos en nitrógeno líquido, a -196°, las células conservan la calidad y "edad" del momento en que fueron congeladas. Así pueden mantenerse en un banco de óvulos por unos 50 años.

El tratamiento

Antes de la extracción en sí, se realizan estudios previos para evaluar la reserva ovárica de la persona y un perfil hormonal, de acuerdo a la especialista.

Explicó que es necesario utilizar medicación con el objetivo de estimular la ovulación para el ciclo en que se van a extraer los folículos. "De lo contrario, el ovario de todos los folículos que expone en ese ciclo solo va a producir uno. Uno solo va a crecer y es el que va a ovular. Lo que logramos con la medicación es que todo lo que produce en ese mes crezca", detalló.

Cuando el proceso está a punto, llega el momento de la aspiración. La realiza el médico de cabecera, acompañado por un anestesista y un cardiólogo. Dura entre 15 y 20 minutos.

Se utiliza un ecógrafo que tiene una aguja muy fina, con la que se sacarán los folículos de a uno por vez. Todo el material extraído es guardado en un tubo. Este pasa directo del quirófano a las manos de los biólogos, quienes serán los encargados de separar los óvulos del líquido que los contiene para luego congelarlos, previa codificación y etiquetado.

"Si el proceso fue normal, la paciente está internada unas dos horas y puede regresar a su casa para hacer un reposo relativo. A los diez días, más o menos, volverá a menstruar, sus ovarios retomarán su tamaño natural . Y ahí podrá retomar su actividad habitual, con ejercicio físico y lo que acostumbre hacer", dijo Nicotra.

Criopreservación de óvulos, vitrificación o congelación de ovocitos son otros nombres con los que se conoce a este tratamiento. Aunque muchas personas recurren alrededor de los 38 años, cuando el reloj biológico empieza a sonar, lo ideal es hacerlo varios años antes para evitar el contexto de angustia. Pensarlo como una alternativa preventiva, para una posible futura maternidad.