Murió la escritora Paulina Movsichoff

A Paulina Movsichoff le sucedieron en su vida -apagada definitivamente este sábado a la mañana en Buenos Aires- muchas cosas increíbles. Las personas que se dedican a escribir historias necesitan de ese material combustible justamente para reflejarlas en sus relatos. De no ser así, se dedicarían a otra cosa.

En 1982, Paulina vivía en México con su familia. Envió su poemario "Si te preguntan por tus sueños" a los Juegos Florales, un tradicional certamen literario que todavía se siguen organizando en el país azteca. Lo hizo bajo el seudónimo de Andrea Devocín y luego, preocupada por la Guerra de Malvinas y con alguna intención de regresar a la Argentina, se desentendió del asunto.

El jurado del concurso se rindió ante los versos imponentes de la escritora cordobesa -aunque con toda su infancia y adolescencia transcurrida en San Luis- y le otorgó el premio. Pero el inconveniente que se presentó fue que en el sobre donde debían estar los datos reales de la autora no había nada.

Fue así que los organizadores nunca pudieron contactar a la ganadora y le pidieron al jurado que desistieran de esos versos y eligieran otro ganador. La superioridad de los escritos de Paulina hizo que se negaran fervientemente.

El resultado fue el premio con una ganadora anónima, imposible de encontrar, y una serie de poemas que merecían ser leídos por mucha gente. Treinta y tres años después, la justicia recayó sobre Paulina.

Interesado por el tema y persistente en el afán de buscar a la ganadora invisible, un periodista mexicano buscó en 2015 los poemas triunfales con el simple ejercicio inicial de tipearlos en el buscador a veces milagroso de Google. Con algunas correcciones, el primer resultado fue una obra publicada en la Biblioteca Digital de San Luis. Lo que quedó por delante fue una tarea de reconocimiento.

De todos modos, limitar la inmensa obra de Paulina a la anécdota curiosa de "Si te preguntan..." es cuanto menos injusto, pero sirve para reflejar la época más productiva de la autora que un año antes había ganado el Premio Nacional de Primera Novela de México, que lleva el nombre nada más y nada menos que de Juan Rulfo.

"Fuegos encontrados", la obra en cuestión, la enlazó como una escritora moderna, comprometida, en la que supo describir con maestría un duelo entre indios y blancos en una provincia del centro de Argentina, que bien podría ser San Luis.

Porque si algo marcó la primera etapa en la literatura de Paulina fueron los pasajes de la provincia. De joven, la mujer era una poeta que tuvo en la naturaleza local y en la oratoria de Antonio Esteban Agüero, a quien alcanzó a escuchar en algunos de sus recitados, a dos de sus referencias máximas. Con los años, su obra trasmutó a la novela, luego de pasar por los cuentos infantiles y la Universidad de Buenos Aires, donde estudió Letras e hizo profundas investigaciones sobre Alejo Carpentier, un autor que la marcaría también en sus creaciones.

Si bien hace muchos años estaba radicada en Buenos Aires, donde murió este sábado a la mañana luego de batallar contra una larga y penosa enfermedad, Paulina vino en varias ocasiones a San Luis, para las ferias del libro que se hacen en la provincia o para presentar sus nuevas ediciones. San Luis Libro publicó en 2012 una recopilación de "Fuegos..." y la hasta entonces inédita "Sombra de mi bien esquivo", que significa un notable muestrario de su talento. Su amor por la provincia era tal que su último posteo en su perfil de Facebook, apenas unas horas de su muerte, fue una foto de Merlo nevado.