San Luis vacunó al 73% de su población mayor de 18 años

Desde la primera dosis de Sputnik V que recibió la enfermera Paulina Aguilar el 29 de diciembre de 2020, la provincia no dejó de aplicar vacunas contra la COVID-19. Siete meses después —con un corte al 20 de julio de este año—, San Luis vacunó al 73% de su población a partir de los 18 años en adelante. Del total de las personas que se inscribieron para ser inoculadas, el 90% ya recibió al menos una dosis de alguna de las tres vacunas aprobadas en Argentina: Sputnik V, AstraZeneca/Covishield y Sinopharm. La semana pasada llegaron a la Argentina 3,5 millones de vacunas de Moderna, donadas por Estados Unidos. El propósito es destinarlas a los menores de entre 12 a 17 años, con prioridad a aquellos que tengan comorbilidades. Tras la aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) para su uso en adolescentes, el martes se reunirá el Consejo Federal de Salud (Cofesa), que nuclea a los ministros del área de todo el país, para consensuar cómo será la inscripción del público objetivo y "definir las condiciones de riesgo y la implementación de la vacunación de este grupo priorizado que se incorpora al Plan Estratégico de Vacunación de nuestro país", indicó el gobierno nacional en un comunicado el viernes pasado.

La campaña de vacunación más grande e importante del mundo, en Argentina avanza a muy buen ritmo. Y en San Luis los números hablan por sí solos. La ministra de Ciencia y Tecnología, Alicia Bañuelos, facilitó a El Diario un detalle con la cantidad de inoculaciones aplicadas en las 169 localidades y parajes de toda la provincia. Según una estimación, el informe afirma que la cantidad de personas mayores de 18 años en San Luis es de 389.499, y de ese total, un 73% recibió al menos una dosis de alguna de las vacunas contra el coronavirus. De ese grupo, 317.091 personas se inscribieron para recibir la vacuna y el 66% fue inoculada con una dosis, y de ellas, al 24% se le aplicó también la segunda. En total, San Luis vacunó al 90% de los inscriptos.

Las dosis del componente 1 de Sputnik V fueron las primeras en llegar a la Argentina. Estas vacunas fueron destinadas a la población de mayor edad. La doctora en Bioquímica y docente de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) María Silvia Di Genaro, explicó que esta selección "se basó en los estudios que se realizaron en Fase III de las vacunas. Se hicieron ensayos clínicos para los que se seleccionó una población de cierta edad para hacer las pruebas. Algunas vacunas demostraron ser muy efectivas en personas mayores de 60 años, entonces se priorizó a esa población. A su vez, la de Sinopharm fue ensayada en personas que tenían menor edad, entonces al recibirse estas vacunas se priorizó a otro grupo etario".

Agregó que el motivo por el que las vacunas no se aplican a menores de 18 años es justamente "porque no se han realizado ensayos clínicos en esa franja etaria. Ahora, en cambio, Pfizer y Moderna hicieron ensayos clínicos en personas menores de 18 años".

"Lo importante es vacunar a los mayores, que fueron los que demostraron la mayor susceptibilidad a la infección y el mayor índice de mortalidad", dijo, y resaltó que la efectividad de la inmunización en este grupo "ya se está viendo porque la cantidad de casos ha disminuido. La OMS (Organización Mundial de la Salud) habla de una equidad en la distribución de las vacunas para que haya países que logren alcanzar los objetivos de inmunización mundiales. Pensar no solo en el propio país, sino que en otros estados también reciban la vacuna, entonces ellos sugieren priorizar, si las vacunas exceden a la población, que los países contribuyan con el resto".

Un detalle sobre cada vacuna

A medida que llegaron los lotes de vacunas, se aplicaron, según la recomendación, a la población según la edad y el trabajo que realizaban. Así, las primeras dosis de Sputnik V fueron dirigidas a personas mayores de 80 años con comorbilidades o patologías de base, y también al personal de salud.

En San Luis, el 35,58% de los inscriptos fueron vacunados con la fórmula desarrollada en el Instituto Gamaleya en Moscú, Rusia. Esta vacuna utiliza la tecnología adenovirus, que toma el material genético del SARS-CoV-2 y se introduce en forma de ADN (doble cadena) dentro de otro virus, llamado adenovirus. Una vez que la vacuna se inyecta en el brazo, los adenovirus entran en el cuerpo y las células del sistema inmunológico los absorben. Con esta misma tecnología fue desarrollada la AstraZeneca, con la cual se vacunó al 32,26% de los puntanos inscriptos. Esta fórmula tiene una efectividad del 82,4%. Es la misma vacuna que la Covishield, con la diferencia de que esta última se fabrica en India. De esta marca, San Luis inoculó 6.837 dosis, es decir que un 1,88% de los vacunados tienen esta fórmula en su cuerpo.

La Sinopharm se desarrolló en el Instituto de Productos Biológicos de Pekín, en China. Fue creada con la tecnología de virus inactivo, es decir con SARS-CoV-2 y un componente que estimula al sistema inmunológico a mejorar su respuesta a la vacuna. Una vez que se inyecta, el virus inactivo es absorbido por las células del sistema inmunológico. Este se "rompe" y libera la proteína espiga que viaja a la superficie.

Por el momento, todas estas vacunas deben ser suministradas en dos dosis para potenciar su efectividad. Bañuelos explicó que entre la primera y la segunda dosis de cada fórmula debe haber un tiempo de espera. "Para la AstraZeneca se recomienda un espacio de por lo menos 8 semanas entre las dosis, ya que hace que la efectividad de la vacuna aumente. Para la Sputnik V, entre 21 días y 8 semanas. Y para la Sinopharm el tiempo de espera es de 21 a 28 días. Salvo la Sputnik V, que la fórmula de la primera dosis y de la segunda son diferentes, el resto de las vacunas aprobadas en Argentina son de la misma formulación en ambas".

 Redacción / NTV.