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En 2021, la cría vacuna cerró por segundo año seguido con una sonrisa

El precio de los terneros aumentó 80%, muy por encima de la inflación. El engorde no la tiene fácil.

Por redacción
| 05 de enero de 2022
Terneros. Son un buen resguardo para no quedarse con pesos, por eso subió el valor de la invernada. Foto: El Diario.

La cría ganadera, luego de años de ser el eslabón débil del circuito, cierra por segundo año consecutivo con números positivos. Desde el inicio de la pandemia, y ante los temores a una mayor debacle económica en la Argentina, el ternero se convirtió no solo en una inversión, sino sobre todo en refugio del capital, sobre todo para recriadores o productores mixtos. Los que no sabían qué hacer con sus pesos compraron terneros.

 

Por eso los terneros de invernada se venden entre 320 y 340 pesos por kilo vivo. La suba en términos nominales ha sido del 75/80% en todo el año, superando así holgadamente a la inflación promedio.  En los últimos dos años la suba del ternero fue del 225%, lo que sin dudas tensiona luego los precios de la carne en el mostrador.

 

Según el sitio Bichos de Campo, el mercado da señales de que la mejora no terminaría acá. Las perspectivas son que esa situación se prolongue en 2022, algo que se refleja en las ventas a término.

 

Estas operaciones implican el adelanto de cerca del 80% del valor y el pago de la diferencia contra la entrega de la mercadería a futuro. Ese sistema implicó históricamente una quita para el criador, que obtiene el beneficio de contar con el dinero en forma anticipada. Pero la situación se dio vuelta, ahora reciben más por esa mercadería que es muy solicitada.

 

“El interés por asegurarse la mercadería es muy alto y por eso las ventas a término se están concretando con valores entre 10% y 15% mayores a lo que se hacen en la venta disponible. En nuestro último remate vendimos lotes a 370 pesos el kilo”, aseguró el consignatario Alfredo Mondino a Bichos de Campo, quien agregó: “Si bien la oferta es baja, el punto es que hay mucho interés por asegurarse la mercadería de parte de los recriadores y los productores mixtos que ponen una pata en la ganadería para cuidar su capital y escapar de la incertidumbre económica. Esto augura una buena demanda en la próxima zafra”.

 

También mejoraron de forma notable los valores de los vientres. La vaquillona preñada triplicó su precio en los últimos dos años. En diciembre de 2019 se vendían a 40.000 pesos y para el cierre de este año ya cotizan a $130.000. El criador vende terneros y con esa plata compra vientres, insumos o mejora su infraestructura.

 

En tanto, el valor del ganado para faena también tuvo subas importantes, pero de menor porcentaje. Novillos, novillitos y vaquillonas aumentaron entre 55% y 60%, a la par de la inflación. Esa brecha con la invernada fue la que complicó el negocio del engorde, que solo fue viable cuando incluyó a la recría para sumar kilos baratos. Según la Cámara de Feedlot, tuvieron pérdidas de $2.500 por cabeza durante diciembre.

 

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