Una familia perruna y artesanal recorre las rutas argentinas
Juli y Leo viajan junto a sus mascotas Nina y Kimba. Quieren ir a La Toma en búsqueda de piedras. Partieron desde Buenos Aires y planean llegar a Brasil.
Una familia perruna recorre las rutas argentinas en su Volkswagen Kombi modelo 84. Los oriundos de Buenos Aires partieron hace seis meses y planean llegar a Brasil. Julieta del Borello y Leonardo Olivari son una pareja de artesanos que viaja junto a sus mascotas “Nina” y “Kimba”; así formaron "Kombivencias", como ellos se hacen llamar en sus redes sociales. Vinieron a visitar a un amigo y planean ir a La Toma en búsqueda de piedras.
"Estamos en Villa Mercedes porque vinimos a lo de un amigo, Esteban Chaves. Él también es viajero y nos invitó; lo conocimos en el sur, en Junín de los Andes. Al principio no estaba en nuestros planes, pero eso después cambió. Queremos ir a La Toma para conseguir piedras para nuestras artesanías, nos han hablado y recomendado mucho esa localidad porque se consigue mármol ónix, turmalina, cuarzo rosa y algunas más que traen de otros lados", mencionó Julieta.
La joven de 28 años dijo que hace cuatro años que viaja. Empezó mochileando, parando en hostels y haciendo voluntariados a cambio de hospedaje. Su compañero Leandro tiene 38 y es la primera vez que emprende una aventura de este tipo, la de vivir en el camino, sin un retorno planeado.
"Hacerlo en ‘Ikigai’, como le pusimos a la Kombi, con nuestras perras es un desafío extra. Ellas son muy aventureras, escuchan el motor y vienen. ‘Kimba’, la de raza golden, es más pachorra y tranquila. A ‘Nina’, la de Leo, le encanta andar por todos lados. Yo creo que todo esto les ha despertado otras curiosidades", comentó la rodantera, que es como ella se considera.
En este tiempo de andar llevan unos 10.000 kilómetros hechos en cuatro ruedas. Han atravesado cientos de dificultades y problemas, que siempre pueden solucionar y superar con la ayuda del ingenio, del destino y de alguna mano amiga y solidaria que siempre aparece, según ellos.
"Yo creo que viajar es una gran forma de conocerse y de conocer. Creo que hay que usar el cuerpo, hay que ponerlo en movimiento, hay mucho por recorrer y por hacer. La vida esta te hace cambiar todo el tiempo y es muy intensa", agregó Leonardo y dijo que antes solo lo había hecho a modo de vacaciones o por motivos de trabajo.
El interior del vehículo lo armaron a su gusto, junto a personas amigas. Sus roperos son dos cajones de manzana donde guardan lo indispensable. Cada cosa tiene su lugar y cumple doble o triple función. Tienen una pequeña cocina con horno y electricidad con paneles solares y muchos estantes.
"Para quienes tengan la intriga, que viajen, que no esperen para una Kombi si no alcanza. Es una experiencia increíble y muy enriquecedora", sostuvo Leonardo.
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