Hay 4 sospechosos identificados por el violento robo a una abuela

Las sospechas sobre el robo que sufrió una abuela del paraje Pozo de Piedra, en el norte provincial, comienzan a cerrarse sobre cuatro sospechosos, todos vecinos de Villa de Praga. El viernes de la semana pasada, tres hombres encapuchados ingresaron a la vivienda de la mujer, la maniataron, le colocaron una remera en la cabeza, le dispararon en un brazo con un rifle de aire comprimido y se alzaron con más de 300 mil pesos de sus ahorros. El lunes la Policía hizo cuatro allanamientos: en uno secuestró pertenencias y documentación de la víctima y en otro prendas de vestir. Podría haber detenciones de un momento a otro.

Nieves Zavala tiene 78 años, es jubilada y vive en una zona rural, con el vecino más próximo a unos cuatro kilómetros de su casa. El viernes 1º de julio ya estaba recostada, tejiendo y tomando mate, cuando cerca de las 20 abrieron de una patada la puerta trasera.

Quien lo hizo sabía que la abertura no tenía cerradura, solo una tranca interna en la parte central, a donde fue dirigido el golpe. También sabía dónde estaba el interruptor de la luz, que prendió de inmediato.

Uno de los asaltantes, refirió la mujer, entró haciendo disparos. Mientras, los otros la tiraron al piso boca abajo, le ataron las manos a la espalda con un cordón y le cubrieron el rostro con una remera de ella. A fuerza de amenazas la obligaron a entregarles sus ahorros, que como suele hacer la gente mayor, estaban distribuidos por toda la casa en pequeños montos, salvo una billetera que contenía unos 75 mil pesos del último sueldo y aguinaldo. Todo quedó revuelto.

A Nieves la dejaron en el piso atada y a oscuras. Por miedo a que regresaran los delincuentes se quedó así unas dos horas, estima, hasta que se levantó, prendió la luz con la frente y buscó su celular. Como pudo marcó el único número que se le vino a la mente por los nervios, el de un yerno que vive en Tunuyán, Mendoza, quien a su vez se comunicó con la familia de la mujer que vive en la localidad puntana de Las Chacras, San Martín.

El médico que revisó a la víctima informó que tenía moretones en la espalda, a la altura de los riñones, y una herida en el brazo izquierdo, más arriba del codo, donde se le había incrustado un balín que le dispararon.

A la propiedad llegaron policías de la Comisaría Distrito 27ª de San Martín, del Departamento Investigaciones de la Unidad Regional VI (UR VI) y de la División Canes, centrales para seguir el rastro que dejaron los delincuentes.

El subcomisario Emanuel Durán, jefe de Investigaciones de la UR VI, dijo que hallaron huellas de calzado de tres individuos, que caminaron unos ocho kilómetros y medio hasta el pueblo de Villa de Praga. El hecho de que los asaltantes hayan tenido datos de la vivienda, sumado al relevante dato de que los perros de Nieves no les ladraron, fueron hilos conductores para que la Policía llegara a dos vecinos de la localidad que habían trabajado para la víctima cortando leña y haciendo arreglos en un corral.

Aunque los partícipes fueron tres, los investigadores sospechan que hubo cuatro involucrados, por lo que le solicitaron cuatro allanamientos al fiscal de la Tercera Circunscripción Judicial, Carlos Leloutre.

Comprometidos

En una de las moradas la Policía secuestró un par de zapatillas con características muy similares a una de las huellas detectadas fuera de la casa de Zavala. En otra hubo hallazgos mucho más comprometedores: secuestraron un rifle de aire comprimido y varios balines para cotejar con los hallados en casa de la víctima, también la tarjeta de débito del Banco Supervielle con la que Nieves cobraba sus haberes y varios remitos de extracción de su cuenta (elementos que estaban en el tacho de residuos del baño) y restos de la billetera de la mujer y su contenido, que estaban quemados en el patio.

A pesar de que el morador quiso destruir esa evidencia, entre las cenizas quedaron accesorios y pastillas sin consumirse, que iban a ser sometidas a reconocimiento de la víctima.

Todos los elementos e informes quedaron a disposición de

Leloutre y los investigadores esperan que autorice las cuatro detenciones que le solicitaron a la luz de las evidencias recabadas.

Según trascendió, dos de los sospechosos, que llevan el mismo apellido, ya cuentan con antecedentes por robos, robos calificados y amenazas.