Nailé Perinelli Antune gira por Colombia

El viaje que la villamercedina Nailé Perinelli Antune emprendió hacia el Caribe colombiano le está dejando enseñanzas de todo tipo. Una de las que más recordará fue el modo con el que comenzó el año, en Magdalena, en la Sierra Nevada de Santa Marta. Junto a un grupo de amigos, la cantante cenó las exquisiteces de ese país, bailó alrededor de una ronda de fuego de bullerengue y a la medianoche quemó un muñeco que en su interior tenía una lista con todas las cosas que quiso quemar del 2022. El brindis con champán fue acompañado con la ingesta rápida de 12 uvas, cada una en representación de un deseo.

Nutrirnos, aprender, también es parte del camino de los artistas; por eso esta es una experiencia muy valiosa". Nailé Perinelli Antune, cantante.

 

Le quedan 11 meses y medio a Nailé para concretar los pedidos que hizo en el ritual colombiano, pero a juzgar por su actitud de vida si no se cumplen, igual habrá valido la pena la experiencia. La cantante viajó a Colombia en diciembre pasado gracias a un proyecto que presentó en el programa de fomento Ibermúsicas para concretar la gira de "Devas", su nuevo disco.

"Había regresado de mi primer viaje a Colombia, en 2019, y sentía que había más cosas por hacer, me había quedado con la idea de seguir fortaleciendo los vínculos con los artistas de acá", dijo la villamercedina.

Cuando Nailé salió beneficiada por Ibermúsicas con la línea de subsidios para la movilidad de artistas se puso como objetivo tocar, aprovechar, enseñar y aprender todo lo que la experiencia le permitiera.

Para conseguir aquello que está viviendo, Perinelli tuvo que tocar en su provincia para recaudar fondos gracias a su productora independiente La Serpiente, hacer una rifa en la que recibió donaciones de sus amigos y amigas para los premios, y recibir la ayuda inestimable de su madre. "Gracias a todos ellos estoy acá".

Antes de subir al avión, la cantante trazó algunos ejes para su aventura colombiana: aumentar su relación con lo ancestral y la naturaleza, intensificar la relación con artistas afrodescendientes y vincularse definitivamente con una música que le apasiona.

"Viajar sola, siendo mujer, en un ambiente tan machista, no hace más que dejarme enseñanzas y experiencias que quiero aprovechar al máximo", contó la artista, que a mediados de la semana que viene emprenderá el regreso.

Cuando eso suceda, habrá hecho recitales en Barranquilla, Cartagena y Santa Marta; habrá dictado talleres en escuelas y universidades de la zona; habrá participado de un festival feminista —una de sus ideas más fuertes— y habrá estrechado vínculos con algunos colegas del país caribeño, en especial con Milo Romero, con quien hasta dejó un registro visual y auditivo, y con el grupo Tubará, que la acompañó en muchas de sus presentaciones. 

"Pero fundamentalmente me empapé de mucha sabiduría ancestral y di a conocer mi material solista, que tiene que ver con los seres mentales que habitan en la naturaleza. También mi objetivo fue realizar acciones de fortalecimiento en las sedes comunitarias", expresó.

Aunque la celebración de Navidad también encontró a Nailé en Colombia, no tuvo las revelaciones que encontró cuando celebró el solsticio de verano ni cuando —aun con los cuestionamientos que le traen actividades como el fútbol—se encontró celebrando la final del Mundial ganada por el seleccionado argentino.

"No estuve conectada con el Mundial, pero cuando llegó la final había una emoción muy grande y fue muy bonito verla acá, súper nerviosa. Cuando una está lejos, sola, aparece algo medio nostálgico, como recordar a tu país", dijo la cantante, quien de inmediato calificó ese día vivido en Colombia con una expresión más acorde a su residencia actual que a la morriña: "Fue todo muy chévere".