Un vecino busca compartir su pasión por la ecología fabricando escobas

Cristian Frías es un mercedino que recicla botellas de plástico para convertirlas en escobas. Tiene como objetivo mostrar y enseñar el proceso de fabricación y armado en instituciones educativas y luego donar lo realizado a cada una. Además, busca instruir con esta novedosa idea a personas que no tengan trabajo y que deseen emprender y generar ingresos económicos.

“Desde un principio, la finalidad del proyecto es ayudar a los que necesiten y poder compartir lo que hago para que le sirva a alguien más”, expresó Frías.

La iniciativa comenzó hace aproximadamente tres meses, cuando su niño de nueve años, con mucha conciencia sobre el cuidado del medio ambiente, le preguntó qué solución podían encontrar para que desaparezcan las botellas que hay tiradas en la calle. “A partir de la inquietud de mi hijo vi una fotografía de un proyecto muy similar y entonces decidí construir las herramientas que precisaba con cosas que tenía en mi casa, como, por ejemplo, hierro, y así empezar a reciclar”, manifestó el vecino.

Agregó que los instrumentos que hizo sirven para hacer el proceso de fileteado de las botellas y de esa manera, formar todos los dientes del escobillón.

El plástico es uno de los residuos más contaminantes del mundo, ya que tarda entre cien y mil años en degradarse una vez que está en la tierra. Por eso, cada propuesta que busque reutilizar y reciclar este tipo de materiales, impacta directamente de forma positiva en el cuidado del planeta.

Pero Frías no solo desea cuidar el ecosistema, sino también ser solidario con los demás. Porque desde el primer momento que decidió empezar con su proyecto, nunca buscó comercializar el producto final, sino poder enseñarles a aquellos que no tengan trabajo para que puedan emprender y salir adelante.

El vecino explicó que para realizar cada escoba precisa de dieciséis botellas plásticas. El primer paso consiste en higienizar con detergente y agua la materia prima proveniente de la calle, luego le quita las etiquetas y le corta la parte de abajo. Una vez listo ese proceso, coloca el elemento en la herramienta de hilado y va enrollando lo creado en una especie de bastidor.

“Cuando ya tengo todas las botellas fileteadas, las cocino durante unos 15 minutos para que el hilo me quede más rígido”, indicó Frías.

Agregó que luego comienza con el armado en el que coloca todas las tiras en una madera con clavos para que se sostenga correctamente. También dijo que el único gasto que tiene es comprar el palo para terminar de ensamblar el producto y, por último, pinta las escobas de distintos colores.

“Los primeros espacios y escuelas que quiero recorrer son centros a los que asisten personas con discapacidad, como Amuyen, que ya tienen talleres prácticos de carpintería, cocina, entre otros. Entonces yo quiero sumarles mis conocimientos para que puedan fabricar sus propias herramientas ahí y después las escobas”, expresó Frías.

 Redacción / NTV