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Dicen que los obstáculos para el ingreso de aspirantes incluyeron maltrato físico

Lo reveló uno de los jóvenes que no pudo cumplir su objetivo de ingresar al establecimiento. Dice que en la prueba física no había médicos y que cuando pidió explicaciones por la suspensión de actividades del año pasado entró en una lista negra.

Por redacción
| 26 de diciembre de 2025

El testimonio de un aspirante a ingresar al el Instituto Superior de Seguridad Publica “Juan Pascual Pringles” es claro y contundente: “Como aspirante, no solo fui testigo de situaciones deplorables, sino que terminé siendo una víctima más de un sistema que castiga a quien reclama transparencia”, dijo el joven a El Diario de la República. 

 

Tras la denuncia de un grupo de jóvenes que fueron convocados para ingresar al Instituto en la que hicieron pública su indignación por el destrato sufrido al indicar que son víctimas de un inexplicable colador que no les permitirá entrar a la institución por una supuesta incompatibilidad psíquica, se sumó una nueva voz que manifiesta el destrato en las pruebas físicas.

 


“El calvario comenzó en las pruebas físicas en el predio Pedro Presti, donde un compañero sufrió convulsiones y no había personal médico para asistirlo. Esa falta de previsión fue la primera señal de lo que vendría después: una serie de "manejos" que nada tienen que ver con la vocación de servicio en la carrera como “Técnico Superior en Seguridad Publica”, afirma el aspirante,quien pidió mantenerse en el anonimato. 

 


“Tras ser declarado apto para la etapa de confinamiento, el proceso se suspendió bajo las malas condiciones de infraestructura.La respuesta del Instituto fue un mail frío invitándonos a retirar nuestros documentos. Nadie nos dio explicaciones sobre el tiempo que debíamos aguardar mientras habíamos cumplido todos los requerimientos”.

 

 

Ante esta arbitrariedad, el recurrió junto a otros compañeros a un amparo judicial con el Defensor del Pueblo, pero no obtuvo justicia sino la aparición en lo que él llama una "lista negra". "La mayoría de los que hicimos esa nota quedamos fuera", agregó.

 

 

Las denuncias públicas efectuadas no solo en medios de comunicación sino también en la Defensoría del Pueblo generaron la “desaparición de legajos, mi historial médico se perdió, tuve que ser asistido por profesionales de la salud citados para la revisión que, con más humanidad que el propio Instituto, me llevaron de hospital en hospital para completar mis exámenes”, recordó el joven.

 


Los cuestionamientos alcanzan directamente al rector, Gerardo Velázquez, "por no dar la cara". “Públicamente instaba a no ir a la justicia ni a los medios y hablar en el Instituto, pero se escondió de mí en cinco oportunidades. Viajé sin descanso gastando lo que no tenía, incluso los sábados, sin tener respuesta”.

 

 

En la entrevista final que tuvo el aspirante, tras denunciar los tratos obscenos que presenció entre el personal del Instituto y hacia los aspirantes, la respuesta que le dieron fue que "ser policía no significa ser educado".

 

 

Pero las situaciones graves no terminaron allí. El joven aseguró que observó a un sargento maltratando a una cadete en formación haciendo la ficha de hora de ingreso y salida. "Finalmente, mi nombre desapareció de la lista de aptos sin ninguna explicación ni el mail de justificación prometido”.

 


El dolor de la vocación frustrada está en las palabras del mensaje que el aspirante envió a El Diario de la República: “Respeté a la institución hasta el último día, hice el doble de sacrificio que cualquier otro y cumplí con cada requisito. Sin embargo, parece que en el proceso de selección actual, pesa más el silencio ante la irregularidad que la aptitud y el compromiso”.

 


El joven dijo que hizo pública esta situación "porque el dolor de dar por terminada una vocación por culpa de una gestión deficiente es inmenso. La sociedad merece saber qué tipo de filtros se están aplicando y por qué se persigue a quienes solo pedimos un proceso justo”.

 


Ya en abril del 2024, tres cadetes del Instituto Superior de Seguridad Pública fueron pasados a investigación por supuestos malos tratos contra tres compañeros, en dos casos diferentes que ocurrieron en ese mes y que fueron denunciados con una semana de diferencia. Uno sería por una ofensa sexual y el otro por dos internos que fueron obligados a limpiar baños llenos de excrementos.

 

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