SAN LUIS - Viernes 27 de Junio de 2025

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Villa Mercedes: buscan prohibir a trapitos, limpiavidrios y artistas callejeros

Once concejales firmaron un proyecto de ordenanza que -lisa y llanamente- criminaliza la pobreza. Prevé severas multas y habilita la intervención policial y judicial frente a los infractores.  

Por redacción
| 08 de abril de 2025
Este martes, los concejales villamercedinos debatieron el proyecto de ordenanza. El texto pasó a comisión. Foto: Concejo Deliberante de Villa Mercedes.

Villa Mercedes atraviesa una instancia de amplia tensión a nivel legislativo. Sucede que once concejales pertenecientes a los bloques Movimiento Unidad Provincial, Cambia San Luis y PRO San Luis, buscan prohibir la actividad de trapitos, limpiavidrios y artistas callejeros, bajo el pretexto de garantizar la seguridad vial. En un debate plagado de chicanas e impericias técnicas, el oficialismo presentó este martes el proyecto de ordenanza, que pasó a la Comisión de Interpretación y Asuntos Legales. 

 


Para comprender, la misiva propone multas, actuación policial y judicial frente a quienes desempeñen este tipo de actividades. Incluso, contempla la judicialización de menores y sus padres. Los concejales apuntan a una supuesta situación crítica, en la que vecinas y vecinos habrían advertido problemas frente a distintos trabajadores informales. Sin embargo, la presentación carece de datos estadísticos y configura -al menos en los hechos- una propuesta insensible, que ni siquiera busca soluciones concretas ante una problemática social latente. Los trapitos, limpiavidrios y artistas callejeros, son de los principales damnificados por las políticas de ajuste provincial y nacional. Como si fuera poco, la idea motiva a los mercedinos a ser prácticamente delatores, con la futura habilitación de la línea 147 para la recepción de denuncias anónimas.

 

 

Aspectos técnicos

 


Según la letra del proyecto, en su artículo 1 se define la prohibición de la realización de actividades informales en la vía pública que impliquen una contraprestación económica, ya sea ligado a los trapitos, a los limpiavidrios y a los artistas callejeros, que se desempeñen en semáforos o cualquier otro punto de flujo vial. Se subraya que quedan prohibidas las actividades en zonas de "alto tránsito".

 


En el artículo 2, se define la concepción de cuidacoches, limpiavidrios, ocupación ilegal del espacio público (ocupación de la vía pública para actividades recreativas) y la organización previa de actividades por grupos o personas con fines lucrativos.

 


En el artículo 3, se deja constancia que en caso de violaciones, se pondrá a disposición de la justicia contravencional a las personas intervinientes. Habrá sanciones de 200 a 500 unidades multa. Si el implicado resulta ser un menor de edad, la sanción recaerá sobre los tutores. Si es un reincidente, las penas se duplicarán.

 


En otros artículos se detalla que la autoridad de aplicación será la Secretaría de Gobierno municipal o la que la reemplace a futuro. Se define además que la línea 147 estará preparada para la recepción de denuncias anónimas. 

 


El artículo 6 es uno de los más polémicos. Si se encuentran en participación de estas actividades a menores de edad, se dará intervención inmediata a la Policía para que adopten medidas "para protección y resguardo de niños, niñas y adolescentes".

 


Más adelante, se traza la necesidad de generar convenios con el Ministerio de Seguridad y el Ministerio Público Fiscal. También se abre la chance a modificar o incorporar cifras a las partidas presupuestarias.

 

 

Ningún artículo contempla medidas paliativas o de sostén frente al brutal escenario económico. Tampoco hay ningún tipo de análisis social. 

 

 

La "defensa" de una iniciativa indefendible

 


La concejala del Movimiento Unidad Provincial, Karina Maranguello, trató de defender a capa y espada la iniciativa. Aseguró que los medios han tratado de "hacerle creer a la comunidad" que el proyecto busca prohibir a los artistas callejeros (si se lee el texto, claramente los apuntan como una actividad a prohibir en las zonas de alto tránsito) y referenció que la propuesta nació luego de escuchar a vecinas y vecinos que pidieron una solución a una problemática que enfrenta la ciudad. Detalló incluso algunos focos de "crecimiento" de estas actividades en los alrededores del cine, del Molino Fénix, entre otros espacios donde se realizan eventos públicos o privados. 

 


También remarcó que tienen denuncias en la línea 147 de personas que se han sentido amenazadas por no tener el dinero que cobran los trapitos. "El objetivo es prevenir situaciones de este tipo. ¿Por qué llegar a esto si lo podemos regular y hacer más fácil la convivencia entre vecinos?", manifestó.

 


En otro tramo de su intervención, apeló a que la gente que está en una situación económica compleja que los obliga a buscar una salida en actividades como el lavado o cuidado de autos, pueden elegir emprender y participar de eventos de la Municipalidad. Vale la pregunta ¿Cómo puede emprender una persona que está en la situación más extrema de indigencia? 

 

 

Miradas críticas 

 


El concejal del Frente Unidad Justicialista, Roberto Mones Ruiz, fue sumamente crítico de la iniciativa. Primero, apuntó que no correspondía la presentación en el recinto dado que previamente ya se había remitido el proyecto vía correo electrónico. "Se lee lo que se presenta aquí", explicó.

 


Por otro lado, fue severo al subrayar que el proyecto carece de estadísticas que sustenten las afirmaciones vertidas y pidió los números para su correspondiente análisis. "Pongámonos a laburar, usemos la imaginación. Hay múltiples opciones, alternativas, pero lo que se intenta es criminalizar la pobreza", aseveró.

 


En un momento de su alocución, trajo a la memoria los recientes dichos del candidato a legislador de Buenos Aires, Ramiro Marra, que en una nota periodística apuntaba que había que multar a las personas en situación de calle. Mones Ruiz destacó que la periodista que entrevistó a Marra le preguntó cómo iban a hacer las personas para pagar la multa si no tienen ni para comer. El mismo escenario se puede trasladar a la propuesta villamercedina. 

 


"El arte se criminaliza por primera vez en Villa Mercedes", lamentó. También habló de los conceptos que vertió el concejal mandato cumplido, Pablo Muract, quien fue contundente en un artículo periodístico. "Habla de la ceguera ante la dimensión social del problema, indica que el proyecto carece de perspectiva social y que no reconoce las causas estructurales de las actividades informales", dijo.

 


Por último, destacó que los trapitos, limpiavidrios y artistas callejeros, no surgen por caprichos, sino por la falta de empleo, la precarización laboral y la exclusión económica. "El proyecto no ofrece ni una sola alternativa superadora. Es la prohibición como un fin en sí mismo. Se habla de delitos, lamento decirles que los delitos solo los legisla el Congreso de la Nación, no los legisla un Concejo Deliberante, no podemos caer en esa bajeza, no podemos confundir la figura política", puntualizó.

 


Por su parte, la concejala Virginia Lucero, definió que es "profundamente triste" que se haya presentado el proyecto y que "vayan contra las personas que buscan la manera de llevar a sus casas un pedazo de pan".

 


"Los cuidacoches no tienen trabajo, antes estaban los eventos culturales, sociales, los festivales, pero hoy esos eventos se han visto reducidos, por lo tanto, tampoco tienen trabajo. No los considero un peligro para la sociedad, están respondiendo ante una situación de vulnerabilidad y tienen que salir a buscar el pan de cada día. Expreso el más enérgico repudio sobre el proyecto", mencionó. 
 

 

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