Inseguridad en Santa Rosa del Conlara: reunión con "sabor a poco" y un drama "sin freno"
Mientras la localidad enfrenta uno de los peores escenarios, con una seguidilla de hechos aberrantes, robos, entraderas y complicaciones con la droga, las autoridades gubernamentales se centran en formalismos que no llevan a buen puerto.
La historia se repite, tristemente. Desde hace hace meses, Santa Rosa del Conlara está inmersa en un cúmulo de hechos de inseguridad que cambiaron la esencia de un pago de "buenos amigos". No es una sensación. La gente tiene que vivir "encerrada" mientras los delincuentes "andan sueltos", bajo un escenario que parecería de "zona liberada". Robos, entraderas, hechos de extrema violencia, son algunos de los lamentables acontecimientos que se suman a las estadísticas delictivas. Las autoridades, en sus distintos órdenes, poco y nada hacen por encontrar soluciones concretas y eficientes. Y en medio de meros formalismos, con reuniones "para la foto", la realidad es que el pueblo sigue sufriendo los embates de la delincuencia.
Recientemente, la ministra de Seguridad, Nancy Sosa, mantuvo una reunión con el intendente, Miguel Postiguillo, concejales de la localidad, el presidente de la Agencia de Ciencia y Tecnología y representantes de Fiscalía de Estado y la Secretaría de Ética Pública. Según precisaron en una publicación de la Agencia de Noticias San Luis, el objetivo del encuentro fue "coordinar acciones para mejorar la seguridad local". Sin embargo, como dice la canción, "del dicho al hecho hay un largo trecho".
En el encuentro, los referentes santarrosinos plantearon la realidad que se vive en el pueblo y pusieron sobre la mesa las necesidades más urgentes. Por otro lado, en la misiva, Postiguillo destacó "los avances en el monitoreo de cámaras" y en el abordaje de cuestiones específicas con Fiscalía de Estado. Incluso remarcó la importancia de "comprender que el problema no radica en la Policía, sino en la falta de respuestas de la Justicia".
Pero por más "comprador" que suene el discurso gubernamental, en los hechos la mirada colectiva manifiesta otros puntos de vista. Hay que leer entre líneas y tomar con pinzas las apreciaciones. Para muchos vecinos, el problema radica justamente en la falta de medidas concretas orientadas a las cámaras de seguridad, a la presencia policial y a diferentes acciones directas, sumado, si, a las dilaciones en la actuación de la Justicia. En definitiva, por impericia o por mal asesoramiento, el Gobierno provincial no logra normalizar la situación.
Nadie pone en tela de juicio "las buenas intenciones" de quienes participaron de la reunión, y su real preocupación por los sucesos. Pero también es cierto que los formalismos de este tipo no responden a las necesidades de la comunidad. La gente quiere "respuestas urgentes", no fotos protocolares. Al menos oficialmente, no se difundió absolutamente ninguna medida tendiente a paliar el drama delictivo. Y se trata de una cuestión que se repite en toda la provincia. Alcanza con "levantar la alfombra" en distintas localidades donde los robos son cada vez más comunes, con jóvenes que se inician en la delincuencia desde edades muy tempranas, golpeados por el flagelo de la droga.
Y vale recordar que en las últimas protestas por el crecimiento de la inseguridad en Santa Rosa del Conlara, Postiguillo fue el "gran ausente", marcando decepción en el pueblo que esperaba de él una presencia activa. Al fin y al cabo, la inseguridad es un problema que "involucra a todos".
Entre las formas y el "pase de la pelota" los dramas no cesan
Para las autoridades, el drama está en la actuación de la Justicia. Si bien es cierto que se advierten dilaciones o complicaciones innecesarias, también es verdad que el problema de la delincuencia es una cuestión que se debe abordar de manera transversal, en un cúmulo de medidas que involucran a diferentes entes: Policía, Gobierno provincial, Municipio, etcétera.
En ese "pase de pelota", los delincuentes tienen su esplendor. Y en Santa Rosa del Conlara, "andan sueltos" buscando nuevas víctimas. Como en todo pueblo, "se conocen todos" y saben de las "andanzas" de muchos ladrones.
Amenazas y un peligro latente
La vecina Georgina Mascotena, una de las mujeres que impulsó los reclamos por la inseguridad en el pueblo y que sacó a la luz el aberrante caso en el que quemaron a un hombre en situación de calle, había remarcado en varias oportunidades -en distintas comunicaciones periodísticas- que la habían amenazado de muerte.
"Hace una semana que estoy encerrada en mi casa, yo encerrada y ellos libres, siguen robando", había lamentado sobre los primeros días de marzo.
Ahora, la situación no ha variado mucho, con el drama de ser ignorada por las autoridades. "Me llegó una notificación en la que desestimaron la denuncia que hice cuando me amenazaron de muerte, con todas las pruebas de que fue así. Le digo señora, o somo se le pueda llamar porque de jueza no tiene nada, que si me pasa algo la única responsable será usted que está a favor del que roba, viola y quema, qué grande le queda el puesto. Por personas como usted estamos como estamos. Todos los jueces iguales, a favor del delincuente", manifestó en las redes sociales.


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